jueves, 25 de abril de 2013

Amor mío, mi amor...



Amor mío, mi amor, amor hallado 
de pronto en la ostra de la muerte. 
Quiero comer contigo, estar, amar contigo, 
quiero tocarte, verte. 

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo 
los hilos de mi sangre acostumbrada, 
lo dice este dolor y mis zapatos 
y mi boca y mi almohada. 

Te quiero, amor, amor absurdamente, 
tontamente, perdido, iluminado, 
soñando rosas e inventando estrellas 
y diciéndote adiós yendo a tu lado. 

Te quiero desde el poste de la esquina, 
desde la alfombra de ese cuarto a solas, 
en las sábanas tibias de tu cuerpo 
donde se duerme un agua de amapolas. 

Cabellera del aire desvelado, 
río de noche, platanar oscuro, 
colmena ciega, amor desenterrado, 

voy a seguir tus pasos hacia arriba, 
de tus pies a tu muslo y tu costado.

Jaime Sabines  

jueves, 18 de abril de 2013

Leyenda: La tristeza del maya

Antiguamente, no había sobre la tierra ningún hombre, ningún animal, ni árboles, ni piedras.
No había nada. Esto no era más que una vasta extensión desolada y sin límites, recubierta por las aguas.
En el silencio de las tinieblas vivían los dioses Tepeu, Gucumats y Huracán. Hablaban entre ellos y se pusieron de acuerdo sobre lo que debían hacer.
Hicieron surgir la luz que iluminó por primera vez la tierra.
Después el mar se retiró, dejando aparecer las tierras que podrían ser cultivadas, donde los árboles y las flores crecieron.
Dulces perfumes se elevaron de las selvas nuevas creadas.
Los dioses se regocijaron de esta creación. Pero pensaron que los árboles no debían quedar sin guardianes ni servidores. Entonces ubicaron sobre las ramas y junto a los troncos toda suerte de animales.
Pero éstos permanecieron inmóviles hasta que los dioses les dieron órdenes:
-Tú, tu irás a beber en los ríos. Tú, tu dormirás en las grutas. Tu marcharás en cuatro patas y un día tu espalda servirá para llevar cargas. Tú, pájaro, vivirás en los árboles y volarás por los aires sin tener miedo de caer.

Los animales hicieron lo que se les había ordenado.
Los dioses pensaron que todos los seres vivientes debían ser sumisos en su entorno natural, pero no debían vivir en el silencio; porque el silencio es sinónimo de desolación y de muerte. Entonces les dieron la voz.
Pero los animales no supieron más que gritar, sin expresar ni una sola palabra inteligente.
Entristecidos, los dioses formaron consejo y después se dirigieron a los animales:
- Porque ustedes no han tenido conciencia de quiénes somos, serán condenados a vivir en el temor a los otros. Se devorarán los unos a los otros sin ninguna repugnancia. Escuchando eso, los animales intentaron hablar. Pero sólo gritos salieron de sus gargantas y sus hocicos.
Los animales se resignaron y aceptaron la sentencia: pronto serían perseguidos y sacrificados, sus carnes cocidas y devoradas por los seres más inteligentes que iban a nacer.

domingo, 7 de abril de 2013

Oz: El poderoso

El pasado jueves 4 de Abril, en compañía de la Miss Esthela Santiago que es la encargada de impartir la materia de Taller de Lectura y Redacción y con apoyo de los encargados de coordinación de la Universidad del Sur a nivel Bachillerato; se organizo una actividad didáctica que consistía en ir al cine a ver la película "Oz: el Poderoso".


La película es una impresionante producción de Roe Roth, bajo la dirección de Sam Raimi. Esta película relata las aventuras de Oscar Diggs, mejor conocido como Oz  que es un mago un tanto charlatán y mujeriego.
Después de un problema con el hombre fuerte de la feria, Oz se escapa en un globo aerostático y es atrapado por un poderoso tornado, que como es de esperarse, deshace casi en su totalidad el globo y milagrosamente Oz sobrevive a ése evento.
 De una forma un tanto misteriosa, Oz aparece en un mundo fantástico, donde desafortunadamente es atrapado por unos rápidos y posteriormente es arrojado a una cascada de la cual sobrevive nuevamente y termina navegando por aguas más tranquilas que lo conducen a una orilla. Al llegar a la orilla se encuentra con Theodora, una bruja muy joven y guapa (interpretada por la actriz Mila Kunis). Theodora le cuenta al mago Oscar Diggs que está en la tierra de Oz, donde Oscar se sorprende porque así se hace llamar el. Theodora y Oz emprenden un viaje hacia el castillo de Oz, pues Theodora cree que Oz es el mago que cumple una vieja profecía en la tierra de Oz.
En el camino Oz, como en ocasiones anteriores, coquetea con Theodora y esta queda enamorada de Oz, que le promete que juntos van a reinar la tierra de Oz. En el camino se encuentran con ser fantástico que tiene la apariencia de un mono de nombre Finley que se convierte en un aliado fiel del mago.
Al llegar al castillo, Theodora presenta con su hermana Evanora (interpretada por Rachel Weisz) a Oz. Evanora se muestra un tanto dudosa de que Oz sea quien cumple la profecía porque no le ve todas las aptitudes a Oz. Theodora y Evanora le dicen a Oz que tiene que destruir a  Glinda (interpretada por Michelle Williams) su malvada hermana. Oz, un tanto temeroso acepta el reto y junto a Finley, emprende un viaje para destruir a la malvada Bruja.
En el camino se encuentran con una niña de porcelana quien sufrió la destrucción total de su aldea y es ayudada por Oz a pegar sus piernas, ya que con un ataque de los aliados de la malvada bruja queda invalida. La niña de porcelana se une al equipo de Oz y Finley para derrotar a la malvada bruja. Al fin del recorrido llegan ante la malvada Glinda y se llevan una gran sorpresa, pues la historia que Evanora contó al mago es completamente falsa,  y Evanora es la bruja Malvada.
Oz como en ocasiones anteriores, coquetea con Glinda, lo cual enoja a Theodora y saca de sus adentros un sentimiento de odio hacia Oz. Evanora se da cuenta de ese odio y embruja a Theodora, convirtiéndola en una bruja como todos conocemos, de piel verde, nariz puntiaguda y vestido negro.
Theodora y Evanora le declaran la guerra a Glinda y Oz, que aceptan y bajo las ordenes de Oz se preparan para la gran batalla.
Después de una serie de eventos y con gran astucia. Oz y Glinda ganan la batalla, Theodora y Evanora abandonan el reino de Oz muy débiles y enojadas. Oz y Glinda quedan a cargo del reino de Oz y como toda película de Disney... Vivieron felices por siempre.